Marruecos quiere anticipar el debate del Consejo de Seguridad sobre los derechos humanos en el Sáhara Occidental

Como ya es habitual desde hace 22 años, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se dispone a renovar el mandato de la eterna misión de la ONU para el Referéndum del Sáhara Occidental ( MINURSO).
La tensión se monta en ambos lados de las partes beligerantes. En Marruecos, el gobierno multiplica los gestos simbólicos para anticipar una eventual decisión del Consejo de Seguridad de ampliar el mandato de la MINURSO a la vigilancia de los derechos humanos en el Sáhara Occidental y los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf. Una especie de válvulas de escape para aliviar la presión que se acumula con el fin de obligar a Marruecos a cumplir con sus compromisos.
En las fronteras de Ceuta y Melilla, Rabat aumenta la presión sobre España a quien también pide dinero para reprimir los asaltos de los subsaharianos.
Por su parte, el Frente Polisario acenuta la presión sobre la ONU para poner fin a la represión practicada por Marruecos con el apoyo de Francia. Una situación que podría prender fuego en toda la región, según dos ex responsables de la MINURSO, Frank Rudy y Peter van Walsum.
Del lado saharaui, el riesgo de decepción es fuerte debido a la legendaria posición de apoyo de Francia a la colonización marroquí y a las violaciones de los derechos humanos cometidas contra un pueblo que nunca ha conocido la Declaración Universal de Derechos Humanos. Una decepción cuyas consecuencias podrían ser fatales para los intereses de Francia en la región.

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