El palacio real debió saltar de sorpresa ayer al leer el diario Le Monde. El encacargado de la revista de prensa real debió preguntarse si debe señalar la entrevista de Moulay Hicham Al Alaoui.
Una suma de respuestas que se asemejan a un juicio implacable contra el palacio. El primo hermano del rey Mohamed VI, el « Príncipe Rojo » rompe un largo silencio y se libra en una larga entrevista para anunciar la salida, el 9 de abril de 2014, de su libro « Diario de un príncipe desterrado » (París, Grasset ) .
El primo hermano del Rey « M6 » puede presumir – con razón – de ser una singularidad bajo los cielos del Magreb político. En efecto, no todos los días los « políticos » del Magreb cultivan el debate a través de ensayos políticos y reflexiones. Conforme pasa el tiempo del Magreb, el libro – como instrumento de debate deviene un producto raro, por no decir una ilusión. Basta con echar una mirada por las librerías en el Magreb como en el extranjero, para rendirse a la evidencia.
Fuego en el palacio
En la contraportada, « Diario de un príncipe desterrado » se presenta como una « antorcha de fuego ». Con razón ! El más turbulento de la familia alauita « prende fuego en palacio » y se dice « dispuesto a sacrificar la monarquía para que la democracia llegue a Marruecos ». No es él quien lo dice expresamente, sino su editorial que, después de haber leído y releído el manuscrito, se hace eco de ello. « Es mucho más que un manifiesto político », subraya Grasset en la cobertura final.
Viaje en los « subterfugios » del Palacio, »Diario de un príncipe desterrado » se presenta como un « fabuloso cuento de mil y una anécdotas ». Moulay Hicham Al Alaoui narra la crónica de la juventud compartida de los príncipes, su educación en el Colegio Real, los « arcanos del serrallo que fortacelera su complicidad ». El hijo del rey Abdullah describe a Hassan II y talla a su tío un traje » impresionante de odiosa verdad, de innegable grandeza y de perversa crueldad ».
En el espejo real, Hassan II no tiene equivalente. La contraportada de « Diario de un príncipe desterrado » no escatima en fórmulas pictóricas para captar el interés del lector. Hassan II? Un soberano excesivo, dispuesto a « colgar a sus enemigos con las pestaña de sus ojos », que « no tiene un sucesor a su medida ». Su heredero « M6 »? « Tímido, aplastado por su padre, al príncipe no le gusta el oficio de rey. Sin embargo, su primo (el futuro « Príncipe Rojo ») planta la cara para crecer oponiéndose a Hassan II, a la vez mentor y monstruo ». A lo largo de las páginas, « Diario de un príncipe desterrado » se lee como una « tragedia shakespeariana, llena de furor, de pasiones, de celos y el cálculo ».
En espera de que el Palacio y los lectores en Marruecos y en el extranjero recorran las páginas del libro, Moulay Hicham Alaoui se entrega con mucho gusto a la prensa para promocionar su ensayo. Un libro que, a la imagen de « Nuestro amigo el Rey », de Gilles Perrault, y otros folletos en el mismo sentido, se recordara en la larga crónica libresca la monarquía alauita .
Contento de batallar contra Palacio, el » Príncipe Rojo » iza su libro como la « Coronación de esta libertad de pensamiento a la que estoy muy arraigado », y que encontró en la década de los 1990 reclamando una « verdadera monarquía constitucional », dice en su entrevista con Le Monde. « Poco a poco, me vino una transformación que me hizo extranjero, no en Marruecos, sino extranjero en la familia y el entorno en el que crecí. Y el « Príncipe Rojo » levanta el velo sobre sus intenciones cuando reaparece sobre la escena marroquí a través de la red editorial. « Quiero iluminar a la gente, contribuir en el debate y, en este caso, hacer comprender una parte de la historia contemporánea de mi país « .
« Dejé mi casa y ya pienso volver «
Moulay Hicham Alaoui da la impresión de no querer ir tan rápido. ¿Piensa jugar un papel ? « No sabemos lo que el futuro traerá. Si la ocasión se presenta, aportaré mi contribución, pero no creo que eso venga de Palacio », dijo, indicando que no espera una reforma salvadora que venga de arriba. Depende de la interacción de fuerzas en un momento determinado: nos dirigimos hacia un escenario de ruptura, de cambio apaciguado ? Ni idea! Pero yo me fui de mi casa, y no pienso volver ».
El » Príncipe Rojo » critica severamente lo que, desde siempre, fue una trama para el poder alauita. « El Makhzen se apoya en la monarquía para vivir y la monarquía se apoya en el Makhzen para vivir a su manera; es una relación simbiótica y hay que redefinir por completo esta interdependencia. Toto el ejercicio de los tres reyes (Mohamed V, Hassan II y Mohammed VI, ndlr) que se sucedieron fue el de mantener esta dualidad, cada uno a su manera. Yo creo que Marruecos no puede progresas con el Majzen. Y si no puede, es la monarquía que pagara el precio ».
« El fin del Makhzen es indispensable, zanja sin más. Es es un poder neo-patrimonial que impide el desarrollo económico, un sistema de depredación y subyugación. Por lo tanto, no puede liberar las energías económicas y no podrá sacar el agua de la fuente. El segundo tema es la creación de un verdadero Estado moderno, un Estado de Derecho. Hoy tenemos una monarquía con una constitución. No tenemos una monarquía constitucional ».
El « Príncipe Rojo » también hizo el juicio de su primo « M6 » y decreta – a primera vista – un mordaz veredicto de fracaso. Mohammed VI en el examen del poder es una « cita perdida con la historia ». Moulay Hicham Alaouil explica : « (… ) Al final de su reinado, Hassan II se dió cuenta de que estaba en un callejón sin salida. Ahora bien, cuando Mohammed VI llegó al poder, heredó una inédita situación de consenso y de apaciguamiento en la monarquía marroquí « . En julio de 1999, fecha de la muerte de Hassan II, es la primera vez que la transición ocurre en condiciones tan favorables, todos los demás tuvieron lugar en momentos de disturbios y tensiones. Al principio, Mohammed VI vaciló. Pero, al final, nos quedamos en la misma lógica ». Y el « Príncipe Rojo » resume en una fórmula asesina el balance político de su primo el rey : « Esta es una cita perdida con la historia. «
Entre otras quejas lanzadas contra M6, la manera con que el rey concibe la gestión de los asuntos del reino. « Abandonó la lógica democrática por un gobierno de tecnócratas en 2002 y cinco años después, con otro sacado del Istiqlal que fue despojado de todas sus prerrogativas con la creación de comisiones reales y de altas instancias ( … ) Se traen nuevas élites que serán, acto seguido, vampirizadas, dejándolas luego como zombis sin vida ».
La prensa occidental y en particular la francesa se apresuró a tejer laureles a « M6 ». Quince años después de la muerte de su soberano padre, los estilos han cambiado, pero al final, nada ha cambiado. Moulay Hicham Alaouil se lanza en una violenta comparación entre padre e hijo. « Hassan II tenía demasiada pasión por el oficio de Rey, que lo empujó hacia el absolutismo. Mohamed VI, es todo lo contrario: una falta de pasión que ha hecho que la democratización no termine. El mismo resultado con dos personajes diferentes ».
par S. Raouf
Le Quotidien d’Oran, 05/04/2014
Traduccion no oficial de Diaspora Saharaui
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