Imad Mesdoua es un analista político especializado en los asuntos de Oriente Medio y el Norte de África. Escribe todas las semanas sobre África y el Magreb en la revista Ceasfire. Según él, Marruecos está preocupado por la visita del jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, a Argel.
Esta declaración me es familiar. No es la primera vez que la oigo. Todo el mundo la oyó durante la visita del presidente François Hollande en Argelia. Por otra parte, la prensa marroquí estuvo repitiéndola hasta el punto de obligar al primer ministro francés Ayrault a comentarla para calmar los nervios de los gobernantes de Rabat que todavía reaccionan como una mujer traicionada por su marido cuando el presidente francés decidió ir primero al país que siempre fue considerado como la Meca de los revolucionarios y pospone a Marruecos, la Meca de los pervertidos y pedófilos.
La importancia adquirida por Argelia en la región del Sahel podría haber sido marroquí, si no hubiera esta cobarde tendencia a atacar los vecinos para apoderarse de sus tierras. Su primera víctima fue Mauritania. Luego fue Argelia en 1963 durante la Guerra de las Arenas. Y en 1975 le tocaba al Sahara Occidental sufrir las consecuencias de la cobardía marroquí. Una cobardía, de hecho, que no data de hoy. No olvidemos que la monarquía marroquí ha conspirado con las autoridades francesas y españolas para acabar con la resistencia contra el colonialismo español en el Sáhara Occidental y el colonialismo francés en Mauritania.
Una cobardía transmitida al pueblo marroquí gracias a los vastos medios de propaganda desplegados en el país de los besamanos y de los lameculos.