El rey Mohammed VI de Marruecos tiene necesidad de la protección de las ricas monarquías del Golfo, cuyas inversiones permiten al país evitar una implosión de consecuencias imprevisibles (un derrocamiento de la monarquía, la aceleración de la independencia del Sahara Occidental etc). Sin la ayuda de Arabia Saudí y de Qatar, la monarquía marroquí no podría subsistir durante mucho tiempo en medio de la crisis profunda de un país que vive por encima de sus medios y que depende de los miles de millones de dólares que le llegan de fuera -que no tiene- para vender una imagen de apertura y modernidad a Occidente.
Endeudado por encima de sus posibilidades, Marruecos vive, en efecto, gracias a la ayuda financiera saudí y qatarí y no podrá nunca reembolsar la deuda abismal que posee. Todo esto pone en cuestión la independencia, ya hipotética, del país.
Una transacción financiera entre miembros de la familia real saudí y un promotor inmobiliario marroquí ha sacado a la luz la compra masiva de tierras y bienes inmobiliarios por parte de la familia real saudí en el transcurso de los pasados 15 años en Marruecos. La venta de un terreno de 93 hectáreas en las proximidades de Agadir por parte de los herederos del fallecido príncipe Sultán bin Abdul Aziz al Saúd (padre del actual jefe del servicio de inteligencia saudí, Bandar bin Sultán) ha permitido a los marroquíes comprender esta realidad.
Sultán, ex ministro de Defensa y príncipe heredero, fue un gran amante de los fastos y las veladas musicales marroquíes. Él adquirió innumerables propiedades y bienes inmuebles en Marruecos a precios bajos gracias a sus estrechos vínculos con el rey Mohammed VI, que le facilitó estas operaciones.
Al cabo de una decena de años, Sultan disponía de uno de los mayores patrimonios inmobiliarios del país, incluyendo palacios y residencias en Casablanca, Agadir y Rachidía.
Después de su muerte, sus herederos han decidido venderlo todo. El palacio de Agadir y el de Rachidia han sido adquiridos por el emir de Qatar, que también ha comprado, por su cuenta, otros numerosos bienes inmuebles en Marruecos. En general, los monarcas del Golfo (principalmente de Arabia Saudí y de Qatar) poseen numerosas propiedades en Marruecos, adquiridas gracias a sus contactos con el rey Mohammed VI, que se esfuerza en lograr su favor a cambio de su apoyo económico. A estos príncipes y monarcas no se niega absolutamente nada. A escala individual también, el soberano marroquí es socio con ellos en muchos proyectos de inversiones y jugosas transacciones económicas.
Mientras que el país sufre una crisis económica, los miembros de las familias reales saudí y qatarí multiplican sus adquisiciones inmobiliarias y obligan a los campesinos pobres a abandonar sus tierras y les privan de aguas subterráneas que son utilizadas para regar el césped de sus suntuosas residencias.
Estas compras masivas, que son vistas por una buena parte de la sociedad marroquí como una nueva forma de colonización por los gobernantes del Golfo, no se detendrán en tanto que el rey Mohammed VI tenga necesidad de la protección de estas monarquías para mantener a flote su economía y proteger su trono.
Algerie Patriotique