Cambio en la ley tras el caso de Amina Filali, la menor que se suicidó para no casarse con su agresor
Con una presencia mínima de diputados 60, de un total de 390, elParlamento marroquí derogó ayer la polémica ley del Código Penal que permitía hasta ahora a un violador salvarse del castigo si se casaba con su víctima.
La norma despertó la polémica y una viva campaña internacional hace un año tras el «caso Amina Filali», la muchacha de 16 años que se suicidó con un matarratas tras ser obligada a casarse con el hombre que la había forzado y sometido a maltrato. Aquella ocasión fue utilizada por las organizaciones de mujeres de Marruecos para presionar al régimen en favor de reformas en la normas legales machistas, inspiradas tanto en la Sharía (ley islámica) como en las costumbres arraigadas en las zonas rurales.
La Sharía prohíbe, como es lógico, la violación, pero establece condiciones muy rígidas para que la mujer que la padece pueda llevar a buen término su denuncia. De entrada exige el testimonio de cuatro testigos.
La derogación de la insólita norma (que favorece al violador y castiga a la víctima, siempre que la familia de esta no presente una denuncia) fue recibida como un «avance importante, pero insuficiente» por parte de las asociaciones de mujeres marroquíes, que apuntan de entrada a la derogación de una norma abusiva mucho más corriente: la posibilidad de casarse con chicas menores de 16 años.
El llamado «matrimonio precoz» afecta en Marruecos, según cifras del propio Ministerio de Desarrollo Social, Familia y Solidaridad, a una de cada diez bodas. Es una práctica muy habitual en las zonas rurales, donde las familias de las niñas componen con frecuencia los casamientos para salir de la pobreza; o para «salvaguardar el honor familiar» cuando ya se han producido abusos sexuales.
La licitud de la poligamia, en virtud de la Sharía, ofrece además una cobertura perfecta para el arraigo de los matrimonios precoces.
Fácil de burlar
El actual gobierno marroquí, controlado por el islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD), que se califica a sí mismo de moderado, ha mantenido desde que estalló el «caso Amina Filali» una actitud muy ambigua respecto a la prohibición del matrimonio con niñas, El PJD es partidario de que se endurezcan los castigos contra la violación y el abuso sexual, pero ha evitado calificar de «violación» toda relación sexual con menores para preservar la actual práctica.
El Código de Familia marroquí ampara de hecho esa realidad en sus artículos 20 y 21, aunque considera que el matrimonio con niñas debe ser una «excepción», para la que se estipulan garantías fáciles de burlar.
ABC, 22.01.2014