Los servicios secretos marroquíes organizaron operaciones de infiltración en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf para atentar contra la reputación del Frente Polisario y intentar demostrar una presunta implicación de sus militantes en actividades con las redes terroristas y mafiosas en el Sahel. Un objetivo perseguido desde hace tiempo por el Majzen marroquí que no para de lanzar acusaciones a los saharauis para desestabilizar al Frente Polisario y privarlo del apoyo internacional a su lucha por restaurar los derechos usurpados de su pueblo y su soberanía sobre sus tierras y riquezas .
Argelinos, algunos de ellos de origen saharaui, fueron reclutados en Tinduf para llevar a cabo actividades subversivas en los campamentos de refugiados saharauis. En este contexto, un vasto tráfico de hachich se organizó con el objetivo de acusar al movimiento saharaui de complicidad con los traficantes de drogas y las organizaciones terroristas.
Los oficiales del ejército marroquí instalados en el muro de defensa y agentes ubicados en Zouérate, ciudad mauritana fronteriza con el Sáhara Occidental, se encargaban de proporcionar la « mercancia » a los narcotraficantes. En los campamentos de refugiados, otros agentes tratan de avivar el fuego de la rebelión contra la dirección del Frente Polisario. En octubre, un manifestación fue organizada frente a la sede de la presidencia saharaui para protestar contra las medidas adoptadas por el Frente Polisario para combatir el contrabando de combustible. En Diciembre, otro grupo bloqueó la entrada a Rabuni, donde se encuentran las principales sedes administrativas saharauis.
En 2010, el ex-policia saharaui, Mustafa Selma Sidi Moulud llega a la ciudad ocupada de Smara para visitar a su padre. Rápidamente es contactado por el transfuga Omar Hadrami, al que los marroquíes nombraron jefe de la oficina de subvenciones destinadas a las personas más necesitadas. Además, los dos estan unidos por la pertenencia a la misma tribu. El tribalismo y los 2000 Dirhams de la subvención son las cartas que Hadrami utiliza para atraer a los saharauis de los campamentos. Mustafa estuvo en Rabat durante dos meses mientras los medios marroquies aclamaban a diario su intención de volver a los campamentos para defender la propuesta de autonomía marroquí. Su plan fracasó porque ya no tiene derecho al estatuto de refugiado a partir del momento en que abrazó las tesis marroquíes.
Operaciones similares fueron llevadas a cabo en Libia, donde en enero del 2011, dos marroquíes fueron detenidos por la Agencia Libia de Seguridad Exterior. Ejecutaban un plan para » quebrantar la integridad territorial de Argelia, Libia y Túnez ».
En Nouakchott, Mauritania ordenó en diciembre del 2011 a un agente que actúaba bajo cobertura de corresponsal de la agencia de prensa oficial marroquí MAP, abandonar el territorio mauritano a causa de su actividad liada a los servicios secretos.
El Centro Nacional de Inteligencia (CNI ) español, por su parte, expulsó, en mayo del 2013, a Nour-Eddine Ziani un marroquí acusado de ser « agente » de la DGED y de atentar contra la seguridad del Estado debido a su » relación » con el Islamismo radical.
Los servicios de inteligencia marroquíes son muy activos en España por la cuestión del Sáhara Occidental. Ya en 1990, se descunrió un topo en el Ministerio de Asuntos Exteriores español que habia pasado a Marruecos un informe confidencial sobre el contenido de una reunión entre el entonces Ministro de Asuntos Exteriores espanol, Francisco Fernandez Ordonez, y un responsable del Frente Polisario.
En 2008 , dos espias marroquies recibieron la orden de salir de Bélgica, donde ademas de acosar a la comunidad marroqui residente en este pais, organiza manifestaciones frente a la embajada argelina en Bruselas. A raiz de esta decision, la DGED cerro su antena en la capital belga.