El Muro de Berlín fue apodado «Muro de la vergüenza» por parte de la opinión pública occidental. Fue parte de las fronteras entre las dosalemanias desde el 13 de agosto de 1961 hasta el 9 de noviembre de 1989 y separó la zona de la ciudad de Berlín bajo control de la República Federal Alemana de la parte controlada por la República Democrática Alemana. El muro se extendía a lo largo de 45 kilómetros que dividían la ciudad berlinesa en dos y 115 kilómetros que separaban la parte occidental de la ciudad del territorio de la RDA. Fue uno de los símbolos más conocidos de la Guerra Fría y de la Separación de Alemania. También fue causante de que muchas personas murieran en el intento de superar la dura vigilancia de los guardias fronterizos de la RDA cuando se dirigían al sector occidental. Como es habitual, el número exacto de víctimas está sujeto a disputas y no se conoce con certeza. La Fiscalía de Berlín considera que el saldo total es de 270 personas, incluyendo 33 que fallecieron como consecuencia de la detonación de minas. Por su parte, el Centro de Estudios Históricos de Postdam estima en 125 la cifra total de muertos en la zona del muro.
Y hay más aniversarios en este ámbito. Se va a iniciar 2014 con una nueva manifestación de la Plataforma Gritos Contra el Muro Marroquí, en el primer aniversario desde su creación, la duodécima de un año en el que este grupo de jóvenes saharauis completa su promesa de reivindicar frente al muro sus derechos, los de su pueblo, sin olvidarse de ninguna de las partes que conforman la Causa saharaui. Ya no hay rabia expresada a pedradas arriesgadas. Tampoco hay irresponsables actos de rebeldía mal entendida, que podrían haber acabado en tragedia si alguno hubiera llegado a tropezar con una mina. De la reflexión, de la formación y de la información han nacido nuevas esperanzas convertidas ahora en voces que claman por el desmantelamiento de este muro que no tiene sentido, que no tiene razón, pero que supone una amenaza permanente para los saharauis de uno y otro lado. Verán amanecer el primer día del año allí frente a los ojos del invasor, para recordarle que los manifestantes pisan su tierra libre y que los soldados marroquíes, cumpliendo órdenes reales, son quienes representan un gobierno que usurpa y aplasta sus derechos, desde esas posiciones estratégicas de vigilancia, elevados en ese muro de laderas minadas controlando con sus prismáticos y apuntando con sus armas… Armas que no tuvieron reparo en efectuar disparos el año pasado, en esta misma manifestación, cuando se sintieron amenazados por las piedras de unos cuantos saharauis que sólo liberaban a borbotones la rabia contenida durante toda su vida.
Si cayó el Muro de Berlín por la presión internacional ante la incesante exigencia de libertad de circulación del pueblo alemán, también podrá caer elMuro Marroquí en el Sáhara Occidental, porque sin duda continuará siendo incesante la exigencia saharaui. Despacito y con buena letra, con denuncia tras denuncia y más denuncia. No ha ha habido ni habrá cansancio y no podrá tampoco haber perdón si el mundo continúa bailando al son de la música de la desinformación, del silencio y de la ocultación, que se mueve por intereses económicos y políticos de los marroquíes y de las potencias internacionales.
La verdad, tengo grandes esperanzas depositadas en la Humanidad. Nada es imposible. Ojalá que no me falle más…
Elisa Pavón, 29/12/2013